CONVENIO TV: El virus de la Hepatitis C tiene sus años contados

Prof. Dr. Hugo Tanno: Profesor de Gastroenterología de la Facultad de Medicina de Rosario
Edith Michelotti: Coordinadora del grupo Hepatitis C de Rosario

“La libertad y la salud son condiciones semejantes: el hombre sólo percibe su presencia cuando están ausentes”
Henry Francois Becque
Dramaturgo Francis (1837-1899)

MHG: Una gran verdad la de esta frase. Uno lamenta, siente la ausencia, de todo que pierde, entre ello la salud. Quienes nos acompañan martes tras martes, saben que comenzamos siempre hablando sobre la libertad. En este caso se emparenta con la libertad del conocimiento, la libertad de conocer lo que nos va a pasar con respecto a la salud y de la preocupación que tengamos para saber todo lo atinente y pertinente a la salud. Hoy vamos a hablar de la Hepatitis Crónica. Qué es la hepatitis crónica?
HT: La enfermedad crónica por definición es un paciente que tiene una enfermedad que en algún momento fue aguda, y que por alguna razón no cura, en el tiempo se prolonga, con las consecuencias que ello trae. Por ejemplo un individuo que bebe alcohol, hace una enfermedad crónica en el hígado que puede terminar en una cirrosis. Aquí la causa es evidente: el paciente ingiere alcohol y eso es lo que lo lleva a la enfermedad crónica. En el caso de los virus es diferente. Porque hay virus a los cuales el organismo los vence, los echa y no hacen enfermedad crónica. Lo que es interesante es que contrariamente a lo que todo el mundo cree, la filosofía del virus, por lo menos los que atacan al hígado no es dañarlo, sino subsistir.

MHG: Y por qué aparecen?
HT: Aparecen porque a través de los años establecieron una estrategia por la cual luego de la invasión logran perdurar. Por ejemplo: el virus de la hepatitis A es un virus muy resistente pero poco inteligente y no logra eludir al sistema de defensa, el sistema inmunológico, entonces inexorablemente sucumbe. Quiere decir que aquellas personas que tengan una hepatitis A, se curan inexorablemente. Salvo que el organismo, en un exceso de respuesta, se destruya a sí mismo. Es por eso que el mecanismo de defensa es un mecanismo de agresión que puede en determinados momentos cometer el “suicidio” de matar al que quiere defender…

MHG: Y en el caso de los virus de las hepatitis B ò C?
HT: En ese caso, es al revés. Los virus han establecido una estrategia -mucho más en el C que en el B-, en donde eluden la respuesta del sistema inmunológico. Al perdurar en el organismo, lo que ellos tratan de hacer es lo mismo que un “ocupa”, tratan de vivir en la célula hepática, robando la energía de la célula y perdurando. En el caso de la hepatitis C ha logrado un grado de perfección fantástica, porque estructuras del virus, proteínas del virus, eluden al sistema de defensa del organismo. Esta es la razón por la cual la mayor parte de los infectados son enfermos crónicos. El virus “trampea” al sistema de defensa. El sistema de defensa una vez que localizó una proteína extraña, tiene una serie de células, algunas de ellas se llaman células de la inmunidad innata. Por ejemplo: supongamos que en este momento entraran a robar a este estudio de televisión, esta empresa podría tener 2 ò 3 personas dedicadas a echar a esos intrusos. Esa es la inmunidad primaria. Esa inmunidad primaria, en el caso del virus C es bloqueada, e impide otro nuevo mecanismo, que cuando el organismo no puede vencer al virus con lo que tiene, llama a las que se llaman células profesionales. O sea, volviendo al ejemplo del robo en el estudio de TV, es como llamar a la comisaría. Entonces vienen las células profesionales a ejecutarlo, y usualmente entre ese mecanismo de defensa natural y el mecanismo de células profesionales, el virus vence. El virus C inhibe la inmunidad innata y además “corta le línea telefónica”, por la cual no se llama o se llaman a muchas menos células profesionales. Hay una célula que es la que “comunica” al “cuartel” que hay intrusos, eso el virus C lo bloquea; el mecanismo de defensa es imperfecto, el virus triunfa y queda crónico.

MHG: Edith, como paciente de hepatitis C, sintió que estaba ese virus “cortando la línea telefónica” pero al principio no la podían diagnosticar, porque esta enfermedad es silente
EM: ¡No sabía que tenía algo tan inteligente dentro mío!. No tenía muchos síntomas, eran muy pocos, lo que hizo que tardara bastante tiempo en descubrir la enfermedad…Una vez detectada, inicié el tratamiento. Tratamiento, al cual viéndolo retrospectivamente, después de haberlo vivido, de haberlo pasado, quedan cosas feas, pero parece mentira: tiene cosas muy buenas también. Llegamos a situaciones casi límites en donde nos conectamos con las personas y sentimos muy fuerte la cercanía de quienes nos contienen cuando estamos en tratamiento. La presencia del médico, el feeling que cada persona pueda lograr con el médico, creo que es el puntapié inicial para el camino hacia la cura. El acompañante, la esposa, o esposo, madre… las personas que están inmediatamente al lado del enfermo, es fundamental. Ahora se está empezando a hablar de la hepatitis, pero es notable el grado de inconciencia que hay en la población.

MHG: Por qué es tan alto el desconocimiento que tenemos los seres humanos sobre la presencia del virus de la hepatitis C en nuestro cuerpo? Debería formar parte del protocolo, de la consulta de la clínica medica, recetar un análisis de control?
HT: Durante mucho tiempo hemos ignorado cosas que hoy en día parecen obvias. Un ejemplo típico es el hígado: hasta la década del 60, prácticamente el hígado era un órgano inexplorado. Esa era una de las razones por las cuales, los médicos generaron mitos sobre el hígado, al no encontrar la causa del padecimiento que tenía el paciente, le echaban la culpa al hígado. En ese entonces se hablaba de los virus como una cosa hipotética, porque no se habían descubierto. El virus de la hepatitis C se encontró por primera vez en el año 1989, hace menos de 20 años. Quiere decir entonces que durante tantos años de desconocimiento, no surge d e la noche a la mañana el conocimiento pleno. Primero porque esto fue dándose paulatinamente en el tiempo. Si nosotros hubiésemos tenido esta entrevista 10 años atrás, es muy probable que el giro de la conversación fuera distinto. Uno ha conocido en estos últimos años, muchos de los mecanismos que el virus emplea en perpetuar la lesión

MHG: El SIDA también es contemporáneo, y pareciese que así como arrasó, mató, ahora se convive con él, creo que muere quien lo ignora. Cómo es en el tema de la hepatitis?
HT: La hepatitis C se descubrió en 1989, pero es mucho más antiguo que el HIV. El HIV comenzó no más allá de la década del 70. En camino la Hepatitis C es anterior, este virus actuaba, la gente moría, sin que se supiera la realidad de esto. El Virus de la Hepatitis B es mucho más antiguo. Y el de la hepatitis A es de la época de Hipócrates. Uno se pregunta por qué se conoce tan poco de esto?. Primero porque creo que uno va tomando conciencia poco a poco de una enfermedad oculta, y cuando usted no la padece no tiene interés, porque lo que se desconoce no despierta interés. Cuando usted sabe que una persona padece la enfermedad, le toca porque es un amigo, porque es un familiar o porque es uno mismo, ahí se despierta el interés. Desde luego que la cibernética aplicada al conocimiento ha contribuido a que éste crezca en forma importante…

MHG: Edith me comentaba que ella no tenía síntomas, pero que sentía que algo no andaba bien en su cuerpo. Cuáles son los indicios que debemos tener en cuenta?
HT: Hay que diferencia entre infección y enfermedad. Infectado es todo aquel que tiene el virus. Pero enfermo es aquel que en el tiempo desarrolla las consecuencias de la lucha del sistema inmunológico con el virus y va instalando una hepatitis crónica, y en el tiempo se puede llegar a una cirrosis si es que las condiciones se dan. Cuando una persona recién está infectada y no desarrolla los síntomas de una hepatitis aguda, que los desarrolla 1 de cada 5 personas. No es una hepatitis aguda como la que todos imaginan, que el paciente se pone amarillo, no. La persona tiene un decaimiento, puede sentir un poco de falta de hambre, y alguna vez una orina oscura, y si usted no es chequeado, la enfermedad pasa desapercibida. Si la enfermedad pasa desapercibida, puede ocurrir que la persona se muera…

MHG: Es muy grave para quien ignora que la tiene…
HT: Es conveniente no asustar: si alguien tiene una hepatitis a virus C, que sepa que el 80% no desarrolla cirrosis, que sólo el 20% lo hace. A partir de conocer a Edith, aprendí que las personas perceptivas, detectan los síntomas. Esto es importante. Hay personas que jamás tienen síntomas. Hay personas que sienten los latidos del corazón y de la aorta. Y hay otros que llegan a la consulta, con un hígado enormemente tumoral, y no se dieron cuenta. Uno se pregunta ¡como es posible que no se lo hallan tocado!. Ese es el umbral de percepción.

MHG: Cuánto tiene de terapéutico la Asociación que usted coordina?
EM: Queremos que la gente se pregunte si tiene hepatitis C. No quiere decir que todo Rosario salga a hacerse la detección del virus, pero sí que se pregunte si es persona en riesgo de tener hepatitis C. Los interesados pueden acceder a la web www.hepatitis-c.com.ar o bien llamar a los teléfonos 0341-155-978530 ó 155-871923

MHG: Cuáles son las vías de contagio?
HT: Las vías de contagio son sangre con sangre, históricamente eran las transfusiones. Hoy día en las detecciones de los bancos de sangre, hay muchas, casi todas las posibilidades, de detectar el virus. Diría que hoy día el contacto vía transfusional es prácticamente nulo. En segundo lugar el uso de jeringa no descartables. Cuando yo era chico, y no tan chico, recuerdo que las enfermeras venían con una cacerolita para hacer los inyectables, lo hervían, ¡eso era un baño termal para el virus!. Un dato interesante: el país que más hepatitis C tiene en el mundo es Egipto, se debe a que ellos tienen una enfermedad producida por un parásito, que es el equistosoma y las autoridades de Egipto del año 70 decidieron tratar masivamente a la población con inyectables no descartables. Hay lugares en Egipto que tienen un 28 a un 30% de personas infectadas.

MHG: Y la vía sexual?
HT: No, el contagio por vía sexual es despreciable, es escasísimo…

MHG: Qué nos dejaría como reflexión final?
HT: El virus de la hepatitis C tiene sus años contados. Vengo de Milán, del Congreso Europeo de Hepatología y vengo con una expectativa muy buena. Esto que usted decía que el paciente con SIDA pasa a no tener enfermedad, sino un infectado crónico y no desarrolla la enfermedad, en el virus de la hepatitis C va más allá: creo que el desarrollo de nuevos fármacos en la próxima década va a llegar a la erradicación total de la enfermedad, sin lugar a dudas

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