Ayer Ubaldini, hoy Moyano (La Capital)

El jueves 15 de diciembre de 2011 quedará como una fecha inevitable para los análisis políticos serios. Desde 1945 a la fecha el peronismo forma parte del ADN de la Argentina. Por ello sus “sismos” repercuten en el cuerpo de la República. Las divisiones que se producen en otros partidos, como por ejemplo en el radicalismo, no llegan a alterar la vida social y política argentina. Esto no implica ignorar su historia, presencia y trascendencia; sucede que su conformación y modo de expresar repercuten de una manera contraria a las definiciones categóricas. Tal vez el carácter movimientista , militante y su concepción de poder, hacen que el peronismo de identidad a propios y extraños. Las fracturas del peronismo dividen a la Argentina. Esto no lo ha logrado ni el radicalismo, ni el socialismo, ni ningún otro partido político.
Tal vez con gran cantidad de errores, la virtud del peronismo fue darle concreción a postulados que si bien figuraban en otros partidos políticos, sólo quedaban como enunciados en sus plataformas. Hacer de la opresión un derecho en un pueblo mayoritariamente trabajador, crea un precedente de asentimiento como piso o de adhesión como techo. Cómo podían no acordar el socialismo, el radicalismo, con el voto de la mujer si fueron pioneros en esa demanda?. Pero el peronismo tuvo la fuerza de su concreción. Cómo podían disentir con los derechos del trabajador, si fueron pioneros en peticionarlos?. Pero el peronismo lo concretó. Cómo no estar de acuerdo, el socialismo y el radicalismo, con el ascenso social de las clases más sumergidas, si protagonizaron el Grito de Alcorta y la reforma universitaria?. Pero el peronismo logró que los hijos de trabajadores tuvieran título universitario. Todo esto es para entender por qué cuando el peronismo actúa unido pareciese que el país está calmo y bien, aunque muchas veces la realidad es otra.
Lo ocurrido esta semana me retrotrae a diciembre de 1983. Fue exactamente el 17 de diciembre de ese año que el por entonces presidente Raúl Alfonsín enviaba al Congreso de la nación la llamada ley de reordenamiento sindical. Siete días fueron suficientes para que la posta política de un peronismo derrotado la tomara el gremialismo. Por aquel entonces al igual que hoy, la CGT estaba dividida. Hace a la historia del movimiento obrero peronista su ala dialoguista y su ala confrontacionista. El 25 de enero de 1984 reunidos los dos sectores de las CGT Azopardo y Brasil , (Ubaldini y Triacca), decidieron sumar fuerzas y conformar una sola central obrera encabezada por Saúl Ubaldini. El primer acuerdo llega con un paro decretado para el 10 de febrero. Saúl Ubaldini durante dos años fue la cara visible de una oposición política desconsolada y desaparecida. La diferencia con este hoy reside en que aquel gobierno no era del mismo signo político que el sindicalismo. Hoy las oposiciones se encuentran absolutamente desarticuladas luego del contundente 54% logrado hace un poco más de un mes por la Presidente Kirchner . En esta oportunidad el peronismo dividido encuentra una vez más en el gremialismo vitaminas para su anemia.
Decía unas líneas más arriba que la diferencia con este hoy reside en que el gobierno es de la misma identidad política que el sindicalismo. Sucede que las señales dadas por la Presidente “desafinan” y cambian la letra de la marcha peronista. En el discurso de asunción de su nuevo mandato, la Presidente se atrevió incluso a poner en dudas el peronismo de Perón, por aquello de la Constitución de 1949. Sumado a esto el ninguneo al sindicalismo y a los gobernadores peronistas más la imposición en las listas de la juventud de la “Cámpora”; lleva a sentir ajeno lo propio. Hugo Moyano no se privó de analizar en un pleno abierto de su gremio en Huracán, el discurso inaugural de la Presidente, marcándole lo que él entiende en nombre del movimiento obrero, sus desvíos del abc del peronismo, y para que quede claro, él mismo renunció a los cargos partidarios del PJ. No pasa desapercibido en mi criterio, un gesto de la Justicia. El dirigente bancario Juan José Zanola, fue liberado horas antes del discurso de Moyano. Pareciera que un sector del Poder Judicial le está queriendo decir algo a la Presidente. Hoy Hugo Moyano tiene el apoyo de todos los sectores del peronismo que el kirchnerismo alejó. No avizoro la unidad de la CGT, salvo que la intención del gobierno sea quedarse con el manejo de las obras sociales sindicales. Todo indica que al igual que Saúl Ubaldini en su momento, Hugo Moyano será la cara visible del peronismo excluido que intentará reconstruirse de cara al 2013.