Un periodista sin medio es un atormentado (Programa Convenio – Radio del Plata Rosario – Sábados 10 a 12 hrs)

Armando Vidal: Periodista Parlamentario – Trabajó 43 años en Clarín –

 
MHG: Usted es hijo de un dirigente gremial?
AV: Era del gremio textil. Y como todos los dirigentes respondió a lineamientos, enseñanzas, se formó de golpe en el ejercicio de los derechos del gremialista. Y por lo tanto, fue un disciplinado dirigente, el gremio textil fue secretario general en la seccional de Quilmes, que tenía 20 mil obreros, y en el año 52 perdió las elecciones, por la convulsión del gremio, junto con otros sindicatos, en general en todas las conducciones perdieron a mano de una oposición, también mayoritariamente peronista, que paspo a dirigir los gremios y eso fue por la crisis y por la muerte de Eva. O sea, que mi padre formó parte de esos gremialistas alineados con el gobierno. Vinieron otros, de los cuales uno se destacó especialmente, el negro Framini, él entró en la historia a partir del 52, mi viejo siguió siendo secretario general se Quilmes, pero la conducción pasó a mano de Framini.
MHG: Tu padre ha sido de la generación de Dardo Cabo?
AV: Sí, con Borro, Cabo, Avelino Fernández, y formaron parte de la Resistencia Peronista.
MHG: Cuándo empezó en el periodismo?
AV: Cuando no pude ser abogado, no sabía si quería ser abogado, luego estudié Ciencias Económicas, y desistí más rápido que con el derecho. Y empecé a estudiar periodismo y me anoté en el instituto Grafo Técnico, el Grafo como se le decía en su tiempo, del cual salieron muchos periodistas, como Van der Kooy, era una escuela que había arrancado en 1934, dependía de la fundación de un cardenal, estaba adscripto a la línea de la Iglesia y, por lo tanto, era muy reaccionario. Aprendí mucho, luego se dieron las circunstancias. Yo trabajaba en SEGBA, e hice el servicio militar en la policía para ganar un año, ahí conocí a Teólogo Domínguez, mi maestro y que todavía está en actividad, un maestro clásico de La Plata y sigue trabajando y soñando. Trabajó muchos años en La Nación y en Clarín. Un día estaba en la oficina y apareció Osvaldo Bayer y lo seguí a todos lados, me di el gusto de tener grandes colecciones de diarios.
MHG: Tenemos una nota que hicimos con Bayer.
AV: Un personaje de Rosario, y, además, es hincha canalla. Y el año 64 entré a Clarín y se produjo una situación estupenda, porque Bayer pasó a dirigir una revista, y dejó su lugar en la oficina en que yo trabajaba y su lugar lo ocupó; que luego fue director de Clarín y se produjo una vacante en el diario y me presentó Osvaldo y terminé de estudiar periodismo mientras comenzaba a trabajar en el diario. En realidad me faltan dos materias y quise hacerlas, pero esa escuela era tan reaccionaria que no las hice.
MHG: Cuándo te destinaron al parlamento?
AV: Entré durante el gobierno de Onganía, tuve la suerte de comenzar a trabajar en exterior, primero escuchar a los corresponsables, tenía que bajar grabaciones y las informaciones se bajaban por teletipo, formé parte de ese equipo, estuve unos mese aprendiendo eso, luego me dediqué específicamente a interiores y trabajé con temas relacionados con las provincias y colaboré a demostrar que Clarín era un diario federal porque estaba instalado en todos lados. Incluso, fuimos corresponsables honorarios por distintas provincias, recorríamos los pueblos para quien quería colaborar. Era un diario expreso aquél. Hoy no, es la versión más popular de La nación en la ciudad de Buenos Aires. Clarín hoy es estrictamente porteño.
MHG: De todos estos años en el parlamento qué debate recuerda en los que se lucían los parlamentarios?
AV: Entré al congreso en 1973 por primera vez, y ya comenzaban a desaparecer los protagonistas de los años 40. En el ejercicio de la política tenían reglas que provenían de las viejas tradiciones del congreso originadas al principio del siglo XX. Uno se daba cuenta que formaba parte de una época que se estaba acabando. Por ejemplo: había periodistas que escribían en el palco de puño y letra, el mensajero venia en bicicleta y se lo llevaba al texto. Era el caso de La razón, que tenía dos ediciones, tenía una particularidad clásica, la cabeza convencional y, luego el copete, y se transmitía en detalle, si bien había periodistas en el parlamento, se limitaban al reportaje. Con la aparición de la televisión eso fue cambiando. El congreso dejó de ser una casa más o menos intima, para transformarse en lo que es. Y también cambió la forma de escribir. Yo estuve en el palco mirando lo que hacían los políticos y viendo cómo se comportaban, cómo se relacionaban, en los grandes debates no había que moverse. Ahora el recinto transcurre solo, se lo sigue por televisión, la comunicación es tan particular en estos tiempos que uno puede ver mejor las cosas pro televisión que como transcurren en el recinto. Yo estuve en unos de los primeros informes del jefe de gabinete a partir de la modificación en la constitución del 94. Y había un jefe de gabinete, Jorge Rodríguez en la época de Menem, hubo un escándalo y vino a dar explicaciones y venía cargado de tensiones y un diputado radica que estaba inconteniblemente molesto quiso entrar a la sal de periodistas porque quería increparlo y como no puedo. Dio la vuelta y como había una ventana, y yo lo ayudé a saltar la ventana, entonces lo tomó al ministro por detrás y le dijo lo que quería decirle. Y se generó una discusión. Y seguí eso, estando a dos metros, por la televisión y yo veía lo mismo que se veía desde cualquier lugar del país. Eso se llama poner en foco algo por parte de la televisión. Yo digo que el espectáculo en conjunto es la gradería, el público, lo que hacen los actores, si yo tuviera que volver yo volvería al palco.
MHG: De todas maneras la televisión sólo hacer ver una parte del todo.
AV: Sí y ese es otro problema. Hasta el 2009, mi tiempo, había diferencias, en particular la molestia de Clarín con el gobierno. Pero después de ahí esto se agigantó y llegamos a esta situación.
MHG: Hasta que año estuvo en Clarín?
AV: Hasta el 2009. Y la ley de medios… uno no sabía nada de ella y me fui enterando como lector de esa ley y lo puse en la página de cómo seguía esa incertidumbre y cómo no estuve en el primer gran debate que me hubiera gustado estar. Porque los debates enseñan muchísimo. Sobre todo en los tiempos de fragor pero de calma.
MHG: Cómo está viendo al periodismo?
AV: Miro las cosas a distancia, el tema nacional no sigo la noticia, pero no tengo información, de hecho si la busco la tengo, pero si la tengo qué hago con ella. El periodista es en el medio, yo no tengo un medio tengo una página y en ella lo que hago es transmitir cosas vividas. Porque he visto a periodistas jóvenes trabajando en agencias, el periodista de agencia es el que tiene que salir primero, tiene que decir qué pasó y no tiene elementos para trabajar, está siempre apremiado. Siempre he pensado que se necesita un apoyo y esa es la idea imaginaria, utópica que tengo, intentar colaborar con eso. Esto me pone en el lugar del que pone algo que le consta y sigo por los diarios la información. Un periodista sin medio es un atormentado.
MHG: Buena definición. No se puede dejar de ser lo que se es.
AV: Además tengo un medio local que se llama Del palco a la calle, y que me gusta escribir sobre las cosas del barrio.
MHG: Fue difícil la transición del papel escrito al papel digital?
AV: En estas cosas de la carrera, en el diario, de modo que para seguir mi carrera tomé la sección política, que por eso estuve en Trelew, después en el 75 me fui , años después volví… cuento esto para decir que luego llegué a congreso en el 83 y empecé a trabajar más tranquilo por el tema de la libertad… uno puede hacer lo que quiere. Y ahí llega la computadora, en el 84 Clarín ya tenía instaladas sus computadoras. A partir de ahí se facilitaron muchas cosas en trabajo, pero a mí me dio un aprendizaje Enrique Alonso, un periodista ya fallecido y olvidado. Alonso había sido un periodista destacado del diario La Opinión, un desarrollista fondifrigerista, un tipo de difícil llegado, porque era hermético, tenia una personalidad dedicada a la cultura y al razonamiento muy frió, pero al mismo tiempo era un ser que trataba de protegerse. La cosa fue que me eligió a mí para hacer la sección de opinión, que todavía está, cuando yo veía cómo escribía él, me quedé maravillado, primero porque lo veía como escribía, después me dio traes carillas y las mismas eran escritas como por una secretaria y me dijo: “ponele título”, ninguna falta de tipeo, perfecto. Y le dije que cómo hacía para escribir así. Y me dijo que había que tener las ideas claras. Entonces yo tenía 32 o 33, por ahí, e intenté imitarlo, antes de escribir y tachar tenía que pensar bien. Cuando llegué a la computadora se corrige fácil, pero siempre intento tener la mayor claridad posible para o tener que borrar. En eso le rindo homenaje Alonso.
MHG: Usted dijo que estuvo en Trelew y luego fuera del país dos años, tuvo que ver una cosa co la otra?
AV: No, Trelew fue una circunstancia, estaba Bayer a cargo de la guardia, suena el teléfono, en atardecer del 16 de agosto, había que ir para allá. Arrancamos y llegamos a Trelew y de ahí fuimos a Rawson donde estaba la cárcel, fuimos con otro periodista, con Pepe Castro, el director de la radio De Puerto Madryn, cuando estábamos por llegar la policía entro a tirar y uno de los tiros le pegó a uno de los periodistas que íbamos en el automóvil. A la semana siguiente no pude ir porque se produjo, cuando se produjo la masacre y volvimos a los 40 años como testigos, en el proceso que se llevó a cabo y algunos de ellos, que fueron testigos de aquella noche, que pasaron los 19 con el control de los guerrilleros, encabezados por Mariano Pujadas, y que creyeron en capitán Sosa para que se rindieran. Y un juez, que hizo hasta lo imposible para que esto terminara bien, Alejandro Godoy, y terminó bien en el fondo, sólo que la marina después los asesinó cobardemente.